Cultura y Valores

De un tiempo a esta parte,  venimos escuchando términos como design thinking, customer experience, empathy map, mind map, etc.  Nos invaden los anglicismos, y aunque los españolitos vamos mejorando en nuestro inglés, nos cuesta hacernos a estos conceptos, no tanto porque estén en otro idioma, o sean conceptualmente más o menos complejos, sino porque vienen en avalancha y con muchas explicaciones diferentes. Y estos conceptos hay que entenderlos conceptualmente, comprender su aplicación  y utilidad e interiorizarlos para usarlos de forma adecuada.

Me gustaría comentar uno de ellos, el Design Thinking, o pensamiento de diseño como solemos traducirlo.

Se trata de una metodología o de una herramienta  consistente en varias fases que traslada la forma de pensar de los diseñadores a la gestión empresarial.

La consultora IDEO la  popularizó  en los años 2000. Hay un video en internet, Deep Dive reproducido en innumerables escuelas de negocios,  que recoge, mediante un ejercicio hecho sobre el rediseño radical de un carro de la compra, la aplicación práctica de esta herramienta.

Aquí vemos un carro de la compra clásico:

Y aquí vemos el carro de la compra radicalmente distinto que diseñaron:

La herramienta consiste en estas 5 fases:

Empatizar: indagar en las necesidades de los usuarios, en cuales son sus motivaciones para consumir nuestro producto o servicio. Indagar para conocer los insights, aquellas variables que no son fáciles de ver y conocer, que “mueven” al usuario.

Definir: plasmar de forma explícita las necesidades y los insights encontrados para acotar el problema o reto a resolver.

Idear: buscar soluciones creativas al problema planteado.

Prototipar: tangibilizar la/s solución/es propuesta/s  de forma simple y sencilla, mediante el uso de maqueta casera, role play, dibujos, etc.

Testear:  probar el prototipo con el usuario, con el objeto de identificar nuevos insights que nos ayuden a “refinar” nuestra solución, nuestro prototipo.  Y esta fase….iterar…..testear…solucionar.

Cuando lo traducimos como “pensamiento de diseño”, no nos referimos al acto específico de diseñar,  que  nos lleva a pensar en un resultado, en un producto o servicio. Nos referimos al proceso por el cual  podemos conseguir ese resultado. Pero no es sólo el proceso, la metodología, y las herramientas, sino que también son las personas.

Hoy en día, muchas, muchas empresas han incorporado esta herramienta en su gestión empresarial, aquellas empresas que llevan tiempo innovando y que se van actualizando, probando e incorporando nuevas formas de trabajar, nuevas herramientas.

Pero también hay otras empresas que tradicionalmente les ha ido bien, sin necesidad de introducir nuevos elementos, nuevas metodologías.  El hecho de no realizar cambios o mejoras en la organización “tradicional” conlleva que la empresa tenga poca capacidad de adaptación y de transformación interna, por lo que cuando ocurre algo espontáneo, inesperado, que hasta la fecha no había tenido cabida en la empresa, no sabe cómo reaccionar ni qué pasos seguir.

La primera vez que oí hablar del design thinking y observaba a otros profesionales aplicándolo, mi primera impresión fue que eran un panda de friquis haciendo algo que no acababa de entender.  No sabía en aquel momento, que esa forma de trabajar escondía una serie de fases estructuradas y secuenciadas, y que la persona que dirigía la sesión, el “facilitador”, controlaba a la perfección.   Profundicé en el tema,  me gustaba,  y comprobé que era una forma de pensar que podía tener enormes aplicaciones.

Para modificar productos y darles nuevas funcionales, nuevas características, imágenes más rompedoras.

Para diseñar productos que no existen a partir de un problema detectado que tiene un usuario, un coche, una moto, una casa, una ciudad, un país, una empresa, ….

Para rediseñar nuevos servicios ayudándonos de tecnologías nuevas que no existían hace unos años.

Para repensar negocios tradicionales…

Para repensar la forma en la que enseñamos en nuestros colegios….

Ahora que acabo de llegar de un viaje estupendo por Nueva York, me he acordado de estas imágenes. Pensando diferente…